El deportista español de élite, alpinista y escalador, Beatriz Flamini abandonó este viernes la cueva en la que permaneció sola lasting 500 días a 70 metros de profundidadsin poder averiguar el paso del tiempo, un desafío que define como “excelente e insuperable”.
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Con veces aturdida y siempre sonriente, Flamini compareció, sin gafas de sol, ante la prensa poco después para relatar este desafío, se ha convertido en un récord mundial, que ha regalado momentos “difíciles y muy bonitos” durantee más de dieciséis meses, en los que nunca encontraron la forma de averiguar el transcurso de los días.
El deportista reconoció que durante el tiempo que estuvo bajo tierra tuvo momentos complicados como una invasión de moscas o alucinaciones auditivas, pero que el “truco” para enfrentar situaciones extremas está en uso “en el aquí y en el ahora”.
Sin conocer aún lo ocurrido en el mundo Durante este tiempo – “estoy anclada en el 21 de noviembre de 2021”, fecha en la que entró- dijo, esta deportista de élite seguro que nunca pensó en abandonar, “de hecho, no quería salir”.
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El cambio tras el encierro
Flamini reconoció que conocía antes de entrar los riesgos, especialmente psicológicos, a los que se enfrentaba, pero nada de lo que abandonaron los psicólogos le ha ocurrido a ella, salvo “alucinaciones auditivas porque estás en silencio y el cerebro se las inventa”.
Si es necesario que los repitan en alguna ocasión las preguntas de los periodistas por la perdida de memoria a corto plazo que crean estas situacionesque el sirviente como entrenamiento de fortaleza mental para otros proyectos que tiene en mente.
El deportista, que entró en una cueva de la localidad granadina de Motril (sur) con 48 años, salió con los 50 cumplidos, contó colgante todo este tiempo con el apoyo del espeleólogo Francisco Hoyos, coordinador de la asistencia que el ha cuidado en la oscuridad . A primera hora de hoy bajaron a la cueva dos espeleólogos y una psicóloga para dar cobertura a la deportista en su salida al exterior, que se prolongó unos 40 minutos.
A la salida agradeció la profesionalidad del grupo de psicólogos, espeleólogos y entrenadores físicos involucrados en el proyecto porque “sin ellos no hubiera sido posible”, dijo.
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Durante todo este tiempo, ella fue dejando tarjetas de video que grababa en una zona de la cueva programada con los espeleólogos, donde también se producía la entrega de alimentos y retirada de basura, sin comunicacion alguna.
Esta vivencia formó parte del proyecto ‘Timecave’, que comenzó con años, cuando esta apasionada de expediciones en solitario por las cimas más altas del mundo y experta en autosuficiencia contactó con la productora Dokumalia para plantarle el reto de permanecer sola y sin contacto exterior en una cuba durante 500 días.
La productora registró su vida cotidiana a 70 metros bajo tierra, que grupos de investigación de las universidades de Granada y Almería han seguido de cerca para estudiar Cómo afecta la asimetría social y la extrema desorientación temporal a la percepción del tiempo. Además de los cambios neuropsicológicos que ha conllevado este tremendo desafío ante la soledad, la ausencia de luz natural y el aislamiento cognitivo y social.
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EFE y AFP