Israel afianza su invasión de Gaza por tierra incrementando la presencia de soldados, carros de combate y otros vehículos sin bajar el ritmo de los ataques aéreos. Los primeros tanques se han acercado este lunes a Ciudad de Gaza, la capital, a través de un suburbio del norte, mientras las fuerzas de ocupación han cortado la carretera principal que atraviesa la Franja, según informan las agencias Efe y France Presse. Ese avance terrestre se produce cuando Gaza vive una situación desesperada. La ONU advierte de que se están produciendo bombardeos cerca de hospitales donde, además de multitud de heridos, se refugian muchas familias de los misiles israelíes. Mientras, un policía israelí ha sido acuchillado en una gasolinera de Jerusalén Este. La víctima se encuentra en estado grave y el atacante ha sido abatido a tiros, según ha comprobado EL PAÍS.

Personal de seguridad israelí aseguraba la escena este lunes tras el incidente registrado en Jerusalén Este.RONEN ZVULUN (REUTERS)

El ataque al policía israelí ha sucedido cerca de la conocida como línea verde, que separa la parte este, palestina, de la oeste, y cerca del Consulado de Estados Unidos. Inmediatamente después, se han generado incidentes entre judíos ultraortodoxos, cuyo barrio se encuentra a decenas de metros, y palestinos que se encontraban en la zona. Esa agresión, en medio de la creciente tensión y violencia por la guerra, recuerda a la Intifada de los cuchillos, que tuvo lugar hace siete años.

Las tropas del ejército israelí siguen desde el viernes por la noche en el interior de la franja de Gaza, donde los muertos superan ya los 8.300, según fuentes sanitarias palestinas. En las últimas horas, se han producido choques en los que han muerto “decenas de terroristas” que se habían parapetado en edificios y túneles, según el informe diario de las autoridades israelíes. Los bombardeos cercan importantes hospitales. En su advertencia, la ONU cita tres: los de Al Shifa o el Al Quds, ambos en Ciudad de Gaza, y el Hospital Indonesio, en la zona del norte. Israel acusa a Hamás de tener uno de sus centros de mando en los sótanos del Al Shifa. Este lunes, el Ministerio de Sanidad del movimiento islamista que gobierna el enclave ha negado esa afirmación de que las instalaciones esconden milicianos y ha insistido en que el lugar es refugio de 50.000 civiles.

“Los 10 hospitales aún operativos en la Ciudad de Gaza y en el norte han recibido repetidas órdenes de evacuación en los últimos días”, indicó Naciones Unidas, que señaló que en esas instalaciones se refugian en total unos 117.000 desplazados internos, junto a los miles de pacientes. Más allá de los ataques, la ayuda a Gaza entra con cuentagotas. Este lunes han accedido, desde la frontera con Egipto, 26 camiones con ayuda humanitaria, según la agencia Efe, aunque hacen falta 100 diarios para poder hacer frente a las necesidades humanitarias de los habitantes, estima la ONU.

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Al mismo tiempo, se mantienen abiertos otros dos frentes como consecuencia de la respuesta israelí al ataque de Hamás del pasado 7 de octubre. En Cisjordania, una incursión israelí dejó cuatro palestinos muertos en Yenín. En la frontera con Líbano, el grupo chií Hezbolá, que aseguró el domingo haber derribado un dron enemigo, y el ejército de Israel siguen con sus ataques y contraataques diarios.

La jornada también ha traído novedades en el ámbito de los rehenes secuestrados por Hamás desde el ataque del pasado 7 de octubre. Israel confirmó que Shani Louk, la rehén alemana exhibida por Hamás en un vídeo, está muerta. El cautiverio, en cambio, ha finalizado para la coronel Uri Magidish, “liberada durante una operación terrestre”, según ha señalado el ejército en redes sociales. Se trata del primer caso de una rehén rescatada por la actuación de las fuerzas israelíes. Las cuatro anteriores fueron liberadas antes de la entrada terrestre de las tropas en Gaza.

Hamás ha publicado un vídeo en el que aparecen tres mujeres rehenes, de los más de 200 capturados en el ataque del 7 de octubre en Israel, reclamando un intercambio de prisioneros. En la grabación, una de ellas critica, al grito de “¡libera a todos, ahora!”, la gestión del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que ha calificado la grabación de “cruel propaganda”. Ya por la tarde, durante una rueda de prensa, insistió en que no habrá cese de hostilidades frente a Hamás.

Netanyahu ha asegurado que no va a aceptar ninguna pausa en la lucha contra Hamás, porque los “llamamientos para un alto al fuego suponen la rendición de Israel ante la milicia islamista”. “Eso no pasará”, ha añadido. El dirigente israelí ha incidido en que “luchará la guerra hasta ganarla, independientemente de qué países apoyen o se queden con Israel”,

El propio Netanyahu ha identificado a las tres mujeres cautivas que aparecen en el vídeo, de algo más de un minuto, como Elena Trupanov, Daniel Aloni y Ramon Kirsht. “Nos encontramos cautivas de Hamás, 23 días. Sabemos que estaba previsto un alto el fuego, que estaba previsto liberar a todos. Te comprometiste a liberarnos a todos y en vez de eso sufrimos tu desastre de seguridad, militar y político del 7 de octubre, porque no había ejército allá, no vino nadie, nadie nos oía”, lamenta en la grabación, que lleva el símbolo de Hamás en una de las esquinas. “Y nosotros, civiles inocentes, que pagamos impuestos al Estado de Israel, nos matas, quieres matarnos a todos, quieres que el ejército nos mate a todos. ¿No has masacrado suficiente, no han muerto suficientes civiles? Libéranos ya, libera a los civiles, libera a los presos. Libera a todos ¡Ahora!”, añade. Se desconocen las condiciones en las que se ha llevado a cabo el vídeo. “Nuestros corazones están con vosotras y con los demás cautivos. Estamos haciendo todo lo posible para traer a casa a todos los cautivos y desaparecidos”, dijo el primer ministro a través de un comunicado.

La operación militar por tierra que, según el Gobierno de Netanyahu, tiene como objetivo acabar con la estructura política y armamentística de Hamás se lleva a cabo gracias a la estrecha colaboración entre las tropas desplegadas dentro de Gaza y los medios aéreos. Fue así, con la colaboración desde tierra, como lograron derribar desde el aire un edificio en el que se hallaban más de 20 integrantes de la milicia fundamentalista islámica, señala el parte israelí del lunes. El bloqueo israelí de Gaza impide a los medios de comunicación, tanto israelíes como internacionales, acceder a la Franja para confirmar de manera independiente las informaciones.

Una batalla urbana clave

En la gran urbe que albergaba a más de un millón de personas hasta el comienzo de la presente guerra está previsto que se libre una batalla clave que puede durar varias semanas, según varios expertos. La red de túneles que controla Hamás, que gobierna la Franja, y esos más de 200 rehenes en su poder serán aspectos determinantes en la contienda que mantiene en entredicho el papel de Netanyahu.

Hamás trata de arañar cinco días de alto el fuego para afrontar la crisis humana de los 2,3 millones de habitantes de la Franja a cambio de liberar a los secuestrados civiles, según han señalado fuentes oficiales de Qatar, que lleva semanas negociando entre las partes, informa Reuters. Hasta ese país ha viajado, según medios israelíes, el jefe del Mosad, el servicio de espionaje exterior, David Barnea.

Una columna de humo tras un bombardeo israelí, en el norte de la Franja de Gaza.
Una columna de humo tras un bombardeo israelí, en el norte de la Franja de Gaza.JACK GUEZ (AFP)

Desde el comienzo de la invasión terrestre el viernes por la noche, han sido golpeados más de 600 objetivos, incluidos depósitos de armas, posiciones de lanzamiento de misiles antitanque, escondites de milicianos y otros lugares utilizados por Hamás, añade el comunicado de Israel. Durante la madrugada, fueron detectados hombres armados y un punto de lanzamiento de misiles antitanque junto a la Universidad Al Azhar, adonde se dirigió un avión de combate, señala la misma fuente.

Israel insiste en los llamamientos a la población para que abandone el norte de la Franja, supuestamente, para poder combatir mejor a Hamás sin matar a civiles. Pero los bombardeos tienen lugar en todo el enclave, de norte a sur, donde se reparten esos más de 8.300 muertos, la inmensa mayoría civiles. Cientos de miles de personas siguen viviendo en Ciudad de Gaza mientras aumentan las voces de alarma ante la posibilidad de que la invasión terrestre multiplique el número de víctimas mortales.

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