Un hueso alienígenas equipados con tecnología similar a la nuestra tendrían francamente difícil detectar nuestro mundo por métodos astrofísicos. Descubre la Tierra junto al Sol resulta imposible mediante imágenes directas, sería al filo de lo imposible con técnicas de velocidad radial y podría resultar viable si uno recurre al método de los eclipses con tecnología espacial, aunque solo una de cada doscientas civilizaciones extraterrestres tiene la suerte de estar bienada para ello. Si se supone que nuestra mano la detectó, ¿clasificarían la Tierra como un mundo habitable?
Nuestra plantamos esta cuestión suponiendo que nos evalúa una comunidad científica extraterrestre con un nivel de conocimientos y recursos similares a nuestro.
Habitabilidad y agua líquida
Quizá lo primero que hay que hacer es aclarar lo que se entiende por “mundo habitable”. El criterio que se maneja hoy en día se limita a calificar de ese modo los planetas que parecen tener una probabilidad razonable de que haya agua líquida en su superficie. Hay que advertir que, incluyendo un concepto en simple tan apariencia, se enfrenta a unas incertidumbres muy considerables.
Para empezar, lo más importante para evaluar si puede haber o no agua líquida en la superficie estimar las condiciones de presión y temperatura. Pero ambas magnitudes físicas dependen de la composición y densidad de la atmósfera, sucede que en la inmensísima mayoría de los casos no disponemos de ningún dato certero al respecto. Por tanto, tenemos que suponer que los alienígenas que nuestros detectan tampoco dispondrán de información sobre la estructura y condiciones de la atmósfera terrestre.
El ejemplo de Venus o el de Marte nos enseñan lo diversas que pueden ser las atmósferas planetarias y cuánto pueden ser sobre las condiciones de sión de los mundos. Somos seres vivos que habitan la Tierra y este rincón del universo nos parece el paraíso más acogedor, nos sentimos como en casa. Por eso los modelos se ajustan de manera que, al echar las cuentas, nos salga que la Tierra es habitable.
Pero el hogar de los alienígenas que nos descubren puede que sea bastante distinto al nuestro. Sin lugar a dudas habrán ajustado sus modelos para que el resultado óptimo se aplique à sur planeta, y no debemos descartar que sus cálculos arrojen veredicto de “no habitable” para la Tierra.
Anthe las critiques que ha recibido el concepto tan esquemático y simple de identificar la habitabilidad con la posible existencia de agua líquida, hay grupos de investigación que han propuesto índices más complejos y que tienen en cuenta otros parámetros adicionales, como la masa o la densidad del planeta o algunas caracteristicas de su estrella. Resulta así el “índice de similitud con la Tierra” (ESI, de Índice de similitud terrestre), un producto de lógica difusa que podría parecer más matizado pero que no puede eludir, incluso desde la denominación, su carácter casero y antropocéntrico. Por supuesto, la Tierra tiene ESI = 1 00, mientras que para Marte se obtiene ESI = 0 64 y 0 44 para Venus.
Sistema Teegarden
Se utilice el criterio que se utilice, entre las listas de mundos potencialmente habitables pero promete si alguna vez aparece, en una posición desmontable, el planeta Jardín de flores b, uno de los dos que orbitan junto a la estrella Teegarden, un solo doce años-luz del Sol. Este sistema planetario se descubre desde España, desde el observatorio de Calar Alto, con el espectrógrafo Cármenes.
Con un ESI igual a 0 93, Teegarden b parece prometedor como posible hogar para la vida extraterrestre. Pero no se sabe ni siquiera si hay vida elemental allí, por no hablar de posible vida inteligente. Sin lugar a dudas, este sistema será objeto de estudios muy detallados en años venideros. Aun así, a pesar de las incertidumbres, imaginamos por un momento que hubiera allí una civilización alienígena: ¿pueden saber qu’exist la Tierra y que es un sitio habitable?
Se sigue que la estrella Teegarden, en su movimiento por el espacio cercano al Sol, es un punto de entrada a la región del firmamento desde donde es posible observar la Tierra transitando ante el Sol. Desde la década de los años 40 de este siglo, esta estrellita estará en ese 0 5% del cielo desde el que la Tierra provoca eclipses. Si hay alguien en aquel sistema, y si dispone de una tecnología comparable a la nuestra, podría estar a punto de descubrirnos.
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¿Debemos preocuparnos? ¿Hay que irse preparando, quizás, para una invasión? ¡No! Recordemos que hemos partido de la hipótesis de que su tecnología es similar a la nuestra, lo cual no permite el viaje interesante, ni siquiera para cruzar doce miserables años luz, ni recurriendo a la más salvaje de las fantasías.
Este artículo fue publicado originalmente en La conversación. leah el original.