La nueva ley de protección animal, que entró en vigor la semana pasada, prohíbe dejar a los perros atados sin supervisión en la puerta de supermercados y comercios, una práctica habitual en España y que ahora puede acarrear 500 euros de multa. En Noruega, donde ya tenían una legislación similar desde hace dos décadas, una empresa ha lanzado una idea para evitar las multas: casetas climatizadas, seguras y gratuitas para los usuarios, que se colocan junto a los establecimientos y se abren y cierran con una app. El diseño ha llegado ya a cinco países europeos, aunque España no está entre ellos. Mientras, en Estados Unidos, otra empresa ofrece servicios similares, aunque de pago.
La normativa española prohíbe mantener a los animales “atados o deambulando por espacios públicos sin la supervisión presencial” de su cuidador, lo que significa que ya no se puede dejar al perro en la puerta de cualquier comercio para entrar a comprar. “Dejar un animal atado un minuto para entrar a comprar el pan no supone ningún problema, pero dejarlo una hora al sol para entrar a un centro comercial sí, porque se puede deshidratar, puede haber riesgo de maltrato o de que lo ataque otro perro”, comenta Nuria Menéndez de Llano, experta en derecho animal. La sanción, leve, puede oscilar entre los 500 y los 10.000 euros, y su imposición depende de ayuntamientos y comunidades autónomas.
En Noruega, donde esta práctica está prohibida desde 2004, han encontrado una solución. “Somos una pequeña empresa noruega fundada por amantes de los perros. Hemos trabajado con expertos en canes del ámbito universitario, adiestradores y refugios caninos para crear una solución adecuada para estos animales”, explica por teléfono Frode Rogstad, consejero delegado de Den4Dogs (algo así como guardia para perros, en inglés). La marca ha desarrollado una caseta individual que se coloca en la puerta de los establecimientos que la soliciten.
El consumidor tiene que descargarse una aplicación. Cuando llega al supermercado, abre la puerta de la caseta con la app y deja allí al perro, asegurado por una cerradura electromagnética. “Tienen aire acondicionado, son cómodas y seguras”, señala Rogstad. Una vez hechas las compras, se abre la puerta con la misma app y se puede recoger al perro. Se desinfectan automáticamente después de cada uso. Así se evita que el perro pueda morder u atacar a otro, o incluso casos de robo de mascotas.
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Un centenar de casetas instaladas
La compañía asegura que ya han instalado un centenar de estas casetas en Noruega (donde hay unas 60) y Suecia (unas 40). “Nos las piden sobre todo desde supermercados, centros comerciales, restaurantes y farmacias”, asegura el fundador. Además, han recibido pedidos de Finlandia, Países Bajos y Eslovenia, aunque todavía ninguno desde España. “Las casetas están adaptadas al frío nórdico, pero también las hemos probado para que resistan el calor hasta 46 grados”, apunta. El servicio es gratuito para los dueños de mascotas. En cambio, los comercios que quieran instalarlas deben pagar 800 euros por la instalación, y luego un servicio de mantenimiento de 99 euros al mes.
No es la única empresa que se ha fijado en esta nueva necesidad para los amantes de las mascotas. En EE UU funciona desde hace unos años DogSpots, una marca ofrece casetas cómodas para dejar a las mascotas mientras se va a comprar o a comer a un restaurante. Están hechas de aluminio y cuentan con aire acondicionado y están conectadas a internet, para que el dueño del animal sepa en todo momento cómo se encuentra. En este caso, cobran 30 céntimos el minuto a los usuarios. Según los datos de la empresa, están presentes en 17 Estados norteamericanos.
“Con DogSpot, no es necesario que deje al perro en casa cuando salga de paseo, y tampoco resignarse a dejarlo atado y sin vigilancia mientras compra. Nuestras casetas son recintos acogedores de alta tecnología que se sitúan en las aceras, cerca de lugares que quieren ser amables con su mascota, pero no pueden permitir perros en el interior”, señala la empresa en su web.
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