San Pedro Sula, Honduras.

«¿Te gustaría ver las imágenes que utilicé como prueba de que no las dañé?» dice Ramiro, ingeniero sanpedeño, mientras saca del bolsillo su celular Samsung Galaxy. El dispositivo muestra más de 10 fotografías que capturan felices momentos de vacaciones en las playas de Puerto Cortés, torneos de fútbol en el colegio y celebraciones navideñas con sus hijos, Diego y Camila (nombres ficticios para ilustrar).

Sin embargo, estos momentos de alegría y amor se apagaron con una denuncia presentada por su ex esposa en mayo de 2021. Ramiro, originario del departamento de Lempira, pensó que al separarse de su ahora expareja y renunciar a la custodia de sus hijos evitaría problemas y lograría una separación pacífica.

Ganar la custodia no le impidió llevar a sus hijos a Tegucigalpa, limitando la comunicación a cuestiones de manutención. Ramiro alega que ella utilizó diversos métodos para evitar que él los mirara, desde reportar “falsamente” enfermedades hasta influenciar a los niños para que creyeran que él no quería estar cerca de ella. La situación culminó con una denuncia por violencia, acusándolo de acoso y agresión psicológica.

Ramiro es parte del 2.794 hombres que perdieron la custodia de sus hijos entre los años 2018 y septiembre 2023según datos del Poder Judicial analizados por LA PRENSA Premium.

En Honduras, como en muchos otros países del mundo, la custodia de los hijos tiende a otorgarse a la madre, como lo muestran los datos procesados. Durante este período, sumado a los ingresos acumulados tiempo atrás, se registraron en los tribunales 4.435 litigios, 1.208 liderados por hombres y 4.435 por mujeres.

Aunque muchos casos permanecen estancados por falta de acuerdos o demoras judiciales, en casi seis años se dictaron 2.794 resoluciones a favor de la madre y 743 a favor del padre. Así, durante este período de tiempo, aproximadamente el 79,06% de las resoluciones emitidas fueron a favor de la madre, mientras que el 20,94% fueron a favor del padre.

Expertos consultados, en el marco de una visión objetiva de las razones detrás de estos conflictos familiares, coincidieron en que entre los factores clave se encuentran arraigados estereotipos de género, expectativas culturales y percepciones sobre las habilidades parentales. Lo anterior significa que persisten creencias preconcebidas y generalizadas sobre roles y características asociadas a hombres y mujeres; Es decir, persiste la idea tradicional de que las mujeres están naturalmente mejor preparadas para criar hijos.

La mayoría de los juicios de custodia que concluyeron en resoluciones firmes, incluyendo ingresos de la época analizada y de años anteriores, se realizaron en el departamento de Francisco Morazán (1,625), seguido de cortes (896) y yoro (621). Estos provienen principalmente de grandes ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Alternativas

Inventar situaciones de violencia, cambiar de residencia, alegar que los hijos están enfermos o desprestigiar al otro progenitor son tácticas que algunos padres utilizan como venganza contra las exparejas, según especialistas en derecho y psicología.

Cifras de los Juzgados Civiles a nivel nacional, entre 2018 y julio de 2023, precisan que fueron realizados 13.355 divorcios de parejas por la vía contenciosa y en gran parte de estos procesos se recurrió a la disputa por la custodia de los hijos. En el curso de los divorcios impugnados, los tribunales llevan a cabo evaluaciones detalladas de la capacidad parental de cada cónyuge, incluido el historial de cuidado de los hijos, la estabilidad emocional, las condiciones de vida y la voluntad de fomentar la relación con el otro progenitor. .

Mientras tanto, 14.637 personas lograron separarse legalmente de mutuo acuerdo. Los cónyuges deben haber llegado a un acuerdo escrito sobre cómo se ejercerían los derechos de paternidad después del divorcio, esto generalmente incluye disposiciones sobre la custodia física y legal de los hijos, así como otros aspectos relacionados con su bienestar. Si bien los padres pueden acordar los términos del ejercicio de la patria potestad, el tribunal siempre evalúa si estos puntos son consistentes con el interés superior de los hijos, y si considera que el acuerdo no promueve adecuadamente el bienestar de los menores. , solicita modificaciones antes de aprobar el divorcio.

”La patria, en realidad, es inalienable, de lo que se habla es del cuidado y custodia de los hijos”: Mario Herrera, abogado especialista en niñez y familia

Mario Herrera, exfuncionario y abogado privado con experiencia en temas de niñez y familia, destacó la frecuencia de los juicios ordinarios por la falta de acuerdo entre las partes. Aunque los acuerdos habituales se concluyen rápidamente en casos de divorcio y custodia, se producen retrasos cuando no hay conciliación por diversos motivos.

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La ley establece que los niños menores de cinco años deben estar con su madre, salvo que exista un riesgo social. Después de esa edad, el padre puede demandar por la custodia, considerando factores económicos.

Herrera señaló que la mayoría de jueces en Honduras son mujeres, lo que genera un sistema judicial desequilibrado. “En cada 10 casos, la mujer repetidamente gana casi el 100%, porque al final, y generalmente, el hombre se ve obligado a renunciar por presiones”, ejemplificó el abogado.

El proceso legal, que debería durar en promedio seis meses, puede extenderse hasta un año o mucho más debido a demandas extraordinarias, apelaciones o demoras judiciales. Al final del proceso se establece el monto económico de la manutención, el cual se debe pagar hasta que el niño cumpla 21 años, y en caso de incumplimiento se cita a la parte correspondiente a la vía judicial, que puede llegar hasta el incumplimiento. .

El profesional enfatizó que las disputas jurídicas no conocen fronteras ni estatus social, se dan entre todas las familias. Entre líneas, recomendó a las mujeres de zonas rurales, por ejemplo, aceptar lo que se les ofrece debido a las persistentes condiciones económicas. Esto se debe a que en el interior del país los padres tienden a no asumir responsabilidades y algunos conflictos no llegan a concretarse debido a acuerdos apoyados por sectores protegidos.

Herrera advirtió que, mientras no exista violencia familiar o doméstica, no se puede obligar a alguien a pagar más allá de sus posibilidades económicas.

Según estadísticas proporcionadas por los Juzgados de Letras y Paz en materia de Violencia domésticaun total de 34.156 denuncias declarado ocurrido entre los años 2018 y julio de 2023. Es importante resaltar que, en la gran mayoría de estos casos, las mujeres afectadas fueron favorecidas.

Respecto a las quejas relacionadas con Violencia doméstica Durante el período comprendido entre 2018 y junio de este año se emitieron 159 sentencias condenatorias y 117 sentencias conciliatorias. Además, se dictaron 13 sentencias absolutorias, 395 sobreseimientos definitivos y en 11 casos la acción prescribió. También hubo 143 sobreseimientos provisionales, 69 suspensiones condicionales de procesamiento y 69 órdenes de apertura de juicio.

Estas cifras ofrecen una visión detallada de la actuación de los tribunales en casos de violencia doméstica y familiar, evidenciando la diversidad de resultados y medidas adoptadas ante las denuncias presentadas.

”Estas disputas son un reflejo de lo que mamá y papá no pudieron resolver personalmente. Deben solucionarlo antes de tomar una decisión drástica”: Judith García, terapeuta familiar

Judith García, psicóloga, terapeuta traumatológica y sistémica familiar, comentó sobre el impacto emocional en los menores como consecuencia de estas disputas legales. Destacó que este golpe varía según la edad y cómo se manejan las situaciones. «Con solo escuchar la palabra disputa sabes que habrá un ambiente tenso, un clima de oposición o de poder, el problema es que desde el punto de vista jurídico solo buscan favorecer a una de las dos partes, pero no toman en cuenta la activación de inseguridades, sentimientos de miedo, depresión y enojo que se puedan sufrir”, afirmó.

El experto detalló que los niños menores de seis años, que no asisten a un ambiente escolar, tienen como responsabilidad central su hogar. Por otro lado, los niños de 6 a 11 años buscan desarrollar la autonomía, la cual se logra a través de la participación activa en la escuela. En el caso de los adolescentes, es fundamental abordar específicamente el ámbito psicosocial y psicosexual.

La falta de supervisión y de un ambiente de vida saludable puede provocar la aparición de ansiedad, angustia, conductas compulsivas y un retroceso en el proceso de desarrollo.

“El menor piensa que si se queda con una parte es porque la otra le falla, entonces se queda en el medio y puede experimentar culpa porque si ama a una parece que no ama a la otra, entonces hay un bucle de miedo. «Debemos entender que el problema es de mamá y papá, no de nadie más, por eso, cuando son adolescentes y están en el medio, pueden incluso desarrollar adicciones como el cigarrillo o el alcohol en la calle, además de volverse antisociales. » dijo el especialista en salud mental.

García recomendó a ambos padres resolver su situación como adultos, utilizando el mismo discurso y brindando información relevante según la edad del niño. Destacó que estas disputas reflejan que los padres no han resuelto su vida personalmente y destacó la importancia de entender que lo que no funcionó fue la vida en pareja, no la separación de roles.

La psicóloga reconoció que, si bien el sistema del país sugiere que el mejor lugar para un niño es con su madre, por sus vínculos fisiológicos, psicológicamente hablando, el niño necesita de ambos padres para configurar el vínculo familiar y sus raíces.

Protección de la ley

Es fundamental tener en cuenta que la custodia de los hijos, a menudo confundida con el término patria potestad, puede rescindirse, suspenderse o perderse por diversos motivos. El Código de Familia, en sus artículos 199 en adelante, brinda un análisis detallado de los escenarios específicos en los que es posible solicitar esta medida o incluso perderla por completo.

Varias consecuencias incluyen hábitos depravados o escandalosos de ambos padres o de uno de ellos, así como un trato excesivamente duro e irrazonable o incluso el abandono de los niños.

Además, el daño puede surgir de la comisión de un delito por uno de los padres en perjuicio del otro o de cualquiera de los hijos, siempre que exista condena judicial al respecto.

Asimismo, la pérdida de la custodia puede resultar de la reincidencia en delitos comunes de los padres, con la condición de que la pena impuesta exceda de tres años en cada caso. También se contempla la posibilidad de perder la custodia por trastornos mentales declarados judicialmente en los padres o en uno de ellos. Finalmente, la sentencia firme en un juicio de divorcio o nulidad del matrimonio puede ser causa suficiente para la extinción de este derecho.